viernes. 26.04.2024

El Ayuntamiento lo tiene más que claro: Las Salinas serán urbanizadas. Y lo serán guste o no guste a las más de 30.000 personas que hasta la fecha han firmado en ‘Change.org’ el manifiesto en contra de este proyecto, a los más de  8.500 ciudadanos que se han inscrito en apenas tres semanas en la nueva página en Facebook Salvemos Las Salinas de Roquetas de Mar, las numerosas asociaciones y movimientos vecinales surgidos por toda la ciudad o los cientos de personas que este pasado domingo se manifestaron contra la destrucción del paraje natural.

La realidad es clara y contundente: el Ayuntamiento tiene decidido que uno de los espacios naturales con los que aún cuenta Roquetas de Mar debe ser destruido y pasar a la historia en aras del ‘progreso’ urbanístico y de la ‘rentabilidad’ del proyecto para la ciudad.

En su lugar se levantarán más de 8.000 viviendas, tres hoteles e incluso bloques de hasta 28 pisos de altura (como Torre Laguna, en El Ejido). Todo ello en una ciudad en la que son muchos los hoteles que deben de cerrar durante algunos meses al año o existen más de 4.000 pisos vacíos y donde el mercado inmobiliario se encuentra casi en estado de parálisis.

Voto determinante Pero para que esto sea una realidad al PP le falta un voto: tiene 12 concejales pero la mayoría absoluta está en 13. Por eso el voto –bien sea a favor o en forma de abstención- de la histórica militante socialista María José López, que abandonó ‘sorpresivamente’ hace unos meses el barco del PSOE, será más que determinante.

Voto decisivo De hecho el voto de la concejala tránsfuga ya fue decisivo en la anterior votación, en la que se aprobó provisionalmente esta megaurbanización de 200 millones de euros. Entonces gracias a los votos del PP y de la concejala María José López se dio un paso más hacia la destrucción de Las Salinas, aprobándose de forma provisional la megaurbanización.

Restan dos pasos más Ahora, restan tan solo dos pasos más. El primero de ellos está conformado por una serie de informes que debe emitir  la Junta de Andalucía, que tendrá que posicionarse en torno al proyecto del alcalde, Gabriel Amat. Sin embargo, dichos informes no serán vinculantes, es decir, que aunque señalaran que no debe urbanizarse Las Salinas, no significaría su bloqueo.

Dedicación exclusiva con sueldo Entonces se llegaría al último paso: su aprobación definitiva en pleno municipal. Y es aquí cuando de nuevo el voto de la concejala tránsfuga –a la que tras abandonar el grupo municipal socialista, el pleno municipal con mayoría del PP le asignó una ‘dedicación exclusiva’ con un sueldo cercano a los 40.000 euros anuales- será de nuevo determinante.

El voto de la concejala tránsfuga, clave Será ella –a tenor de la aritmética municipal- quien decida si finalmente se urbaniza o no se urbaniza el entorno natural de Las Salinas, un espacio con una gran biodiversidad. ¿Hacía donde dirigirá su voto?

Las Salinas, a solo una votación de ser urbanizadas